La liberación del dólar oficial dentro de una banda de flotación reactiva el mercado de compraventa y modifica el panorama para alquileres y créditos hipotecarios. Mientras el sector inmobiliario celebra, los inquilinos temen nuevas subas.

La salida del cepo y la implementación de un nuevo sistema de bandas cambiarias generan un reacomodamiento inmediato en el mercado inmobiliario. Desde ahora, el dólar oficial fluctuará entre $1.000 y $1.400, reemplazando al dólar MEP como valor de referencia en las operaciones. La medida busca reducir distorsiones y dar previsibilidad, al tiempo que revive la expectativa de acceso al crédito.
La compraventa de inmuebles venía en alza y podría acelerarse con esta reforma. En la Ciudad de Buenos Aires, las operaciones crecieron un 94% en términos interanuales y los créditos hipotecarios ya representan el 22% de las escrituras, una proporción seis veces mayor que la de hace un año. Desde el sector destacan que el nuevo dólar unifica criterios y facilita las negociaciones entre compradores y vendedores.
Sin embargo, los créditos UVA, que ajustan por inflación, siguen bajo la lupa. En marzo crecieron un 13,2% respecto del mes anterior, pero la inflación de ese mismo mes fue del 3,7%, lo que prende señales de alerta. Especialistas advierten que estos préstamos requieren escenarios de dólar atrasado y propiedades baratas, y sugieren precancelar cuotas si la inflación acelera, aprovechando el desfase en la actualización del índice.
En materia de alquileres, la situación es más delicada. La inflación acumulada del primer trimestre llega al 8,6% y los contratos atados al IPC ya sienten el impacto. Los acuerdos firmados bajo la ley de alquileres vigente registraron en abril un ajuste del 116,85% interanual, lo que agudiza las dificultades para los inquilinos. Organizaciones que defienden el derecho a la vivienda aseguran que la apertura del cepo empuja los precios hacia arriba y agrava el acceso a la vivienda.
Desde la Cámara Inmobiliaria, sin embargo, el balance es optimista. Su representante Alejandro Bennazar sostuvo que la demanda no solo se mantendrá, sino que aumentará, en la medida en que se avance hacia una economía más estable. “Si se reducen las brechas entre los dólares, habrá más crédito y más operaciones. El mensaje del gobierno, hasta ahora, es positivo”, concluyó.
