La caída de la actividad se profundiza en sectores como la construcción, el textil y la metalmecánica. Las empresas apelan a suspensiones para evitar despidos, mientras crece la preocupación por el parate del mercado interno.

La Unión Industrial Argentina (UIA) alertó sobre el deterioro del empleo formal en el sector manufacturero, con una pérdida mensual de entre 1.000 y 1.500 puestos de trabajo desde marzo. El presidente de la entidad, Martín Rappallini, atribuyó la crisis a una combinación de retracción del consumo interno, caída de la producción y falta de condiciones competitivas para las empresas nacionales.
Entre los rubros más afectados se encuentran materiales de construcción, textil, confección y metalmecánica, que registran bajas de hasta el 20%. El desplome en la venta de cemento —que pasó de 1.050.000 toneladas a 800.000 mensuales— es uno de los indicadores más visibles de la desaceleración. Ante este escenario, muchas compañías recurren a suspensiones acordadas con sindicatos para evitar despidos, aunque eso implique reducciones salariales temporales.
Rappallini reconoció que las importaciones inciden, pero sostuvo que el problema principal es el estancamiento de la actividad local. Desde la UIA volvieron a reclamar una reforma laboral y alivio fiscal, al considerar que “la cancha sigue desnivelada” para el productor nacional. “Necesitamos igualdad de condiciones con los importadores, si no el entramado industrial va a seguir perdiendo capacidad”, advirtió.
