Un informe de CEPA y CSIRA expone las consecuencias del ajuste económico en Argentina, marcadas por despidos masivos, cierre de empresas y un deterioro generalizado de las condiciones laborales e industriales.
Desde la asunción de Javier Milei como presidente, las políticas económicas aplicadas han provocado un impacto severo en el mercado laboral argentino. Según un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) y la Confederación de Sindicatos Industriales de la República Argentina (CSIRA), hasta agosto de 2024 se registraron más de 126.000 empleos perdidos en el sector privado, destacándose la industria manufacturera con 38.532 bajas. A esto se suma el cierre de 2.333 empresas, un reflejo de la recesión que afecta al país.
Despidos, cierre de empresas y caída de la producción
El ajuste económico del gobierno ha generado una reducción significativa en la actividad industrial, con el 76% de los sindicatos reportando una retracción en la producción y el 69,2% indicando caídas en las ventas. Además, el uso de la capacidad instalada ha disminuido para el 92% de los gremios, lo que agrava el panorama de inactividad en el sector industrial.
El impacto también alcanza a las condiciones laborales: el 86,6% de los sindicatos reportó un deterioro en los derechos de los trabajadores desde noviembre de 2023, mientras que el 60,7% confirmó despidos en los últimos meses. Las suspensiones y los retiros voluntarios se han vuelto estrategias habituales frente a la crisis.
Perspectivas sombrías y rechazo a las reformas
Con una economía en declive, apenas el 6,7% de los sindicatos espera una recuperación en el corto plazo. A esto se suma el rechazo generalizado a la Ley Bases, una de las reformas centrales del gobierno, considerada perjudicial por el 70% de los gremios.
Las paritarias, por su parte, enfrentan demoras significativas: el 79,3% de los sindicatos denuncia la falta de homologación oportuna de los acuerdos salariales, lo que aumenta la incertidumbre y dificulta la resolución de conflictos laborales.
El informe concluye con un panorama alarmante para el futuro del empleo y la industria en Argentina, marcado por la precarización laboral, el cierre de empresas y una economía que no muestra señales de recuperación inmediata.